guión: " El extraño incidente del traer-ahí delante sin desocultar "
Oscar Carballo y Fernando Tribouly Scalbi[1]Título 1: "El extraño incidente del traer-ahí delante sin desocultar". Autor: Oscar Carballo y Fernando Tribouley Scalbi. Género: Fantástico-intriga. Propuesta para el guión cinematográfico “ El extraño incidente del traer-ahí delante sin desocultar “. Localización de la historia: Facultad de Bellas Artes. La historia se desarrolla a partir de la existencia de un cuadro enigmático, cuya autoría, temporalidad y técnica se desconoce. El cuadro llevaba años deambulando por las distintas naves y por una inexplicable razón provocaba un respeto, miedo y rechazo a la vez sin que nadie se haya atrevido a tirarlo a los contenedores de basura o llevárselo simplemente a su casa. El cuadro enigmático no posee ningún atractivo estético y carece de nivel técnico. Una primer mirada denota la huella de una mano rematadamente torpe, sin embargo algunos piensan que esa aparente torpeza es sin lugar a dudas intencionada. Diversos hechos van alimentando el halo de misterio que comienza a generar el cuadro. El guardia jurado advierte un resplandor proveniente de unas de las naves, al acceder para comprobar lo que generaba dicho resplandor encuentra en el interior de la nave una total oscuridad. Al salir de la nave, el guardia comprueba que el resplandor se hace presente nuevamente y que provenía del rincón donde se encontraba el cuadro. Con el tiempo el cuadro comienza a tener un aura sagrada alimentada por un grupo indefinido de acólitos cuyos rituales y prácticas en la medida que aumentan en su variedad y cantidad los convierten en una secta algo peligrosa. ( Desarrollar ideas relacionadas con el “nacimiento del mito” y la necesidad de “lo sagrado”). La mitificación creciente del objeto fue generando un clima enrarecido de sugestión y nerviosismo en torno a la propia autoría del cuadro que provoca disputas realmente violentas entre profesores, alumnos, personal no docente y ciertas fuerzas vivas y políticas de la ciudad. La espiral de enfrentamientos va creciendo, calumnias, acusaciones, zancadillas, extraños accidentes y peleas sin motivo aparente van creando un clima cada vez más enrarecido en el que la tensión llega a un extremo tal que trasciende a los medios y provoca la intervención de la Administración que procede al cierre por tiempo indefinido del Campus. Esa indefinición se prolongó en el tiempo y sus edificios se sumieron en el abandono y el olvido. Posteriormente (o antes) de su cierre definitivo la Administración contrata los servicios de un investigador privado especializado en fenómenos paranormales con el fin de esclarecer el extraño misterio del cuadro y los hechos que provocó. Sus conclusiones finales no llegan a ningún sitio, pero descubre cinco exactas reproducciones medio escondidas y envueltas en plástico en una especie de cueva que se encuentra debajo del corredor que une la biblioteca con la cantina de la facultad. Pero su desconcierto aumenta con el hallazgo de otras tres reproducciones. Una en la región del Veneto-Italia mezclada con unos Caravaggio hallados recientemente. Otra en una antigua mansión en ruinas con un pasado tenebroso en la ciudad de Salem EE.UU. y la tercera en un blog cuyo propietario había desaparecido misteriosamente poco después de colgar la imagen en la red según fuentes oficiales. El investigador hace constar, después de realizar un exhaustivo examen técnico, en un informe que las reproducciones son idénticas en todos sus detalles y no se utilizó ningún medio mecánico o tecnológico para realizarlas. Algunos apuntes : 1. La historia puede ser narrada por una voz en “off” que sería la del misterioso/a autor/a del cuadro, impersonal y distorsionada. 2. En relación a la estética visual narrativa sería conveniente evidenciar la ocultación tanto de los personajes como el mismo cuadro. Solo pequeños fragmentos, escorzos rápidos de algunos rostros, manos, pies, voces y planos generales de los rituales. 3. Luz natural, cámara al hombro, mucha información visual y sonora-falta de tiempo para analizarla, ritmo de vértigo. Oscar Carballo y Fernando Tribouley Scalbi